Un paciente visitó al médico con dolor agudo en el fémur. Exámenes iniciales como radiografías no mostraron nada, pero una resonancia magnética reveló que el paciente tenía necrosis ósea. Los síntomas incluían dolor óseo, fiebre, malestar general e inflamación local. Las posibles complicaciones eran septicemia, destrucción del cartílago de crecimiento, fractura patológica o cáncer.